Los trastornos alimentarios afectan a gran parte de la población. Si nos ponemos a reflexionar unos minutos, parte de la población mundial no tiene para comer, otros tienen para comer, pero no variado, otros tienen para comer, pero no lo hacen, dando lugar a la anorexia o bulimia, o presentan alguna patología orgánica que altera la nutrición. Algunos comen variado y en cantidades adecuadas, y otros comen en exceso, mal, o a base de alimentos procesados e industrializados.
Evolutivamente, nuestro metabolismo no está preparado para el sedentarismo, y cada vez hacemos menos actividad física debido a la automatización de las cosas, el aumento del parque automotor, el cambio de los deportes en la infancia por la electrónica y el aislamiento por la pandemia, entre otros factores.
La combinación de mala alimentación y falta de actividad física hace que ingrese más energía de la que se gasta, y el cuerpo la almacena en forma de tejido graso. Este extremo genera sobrepeso, obesidad y obesidad mórbida, las cuales en conjunto son una epidemia a nivel global, en ascenso constante y progresivo.
La inmensa mayoría de los pacientes puede mejorar su estado de salud alimentándose mejor y realizando actividad física, otros requieren apoyo nutricional, psicológico, endocrinológico o deportivo.
Los pacientes que no pueden con ello o que presentan obesidad mórbida requieren de medidas drásticas, como por ejemplo la cirugía bariátrica. Las diversas técnicas existentes ayudan al paciente a bajar de peso y por mucho más tiempo, en algunos casos de manera definitiva.
La vida después de un descenso abrupto de peso
Ahora bien, una vez que el paciente logró el peso objetivo, y pasaron 6 a 12 meses que lo puede mantener, se enfrenta al último paso de su camino de transformación a una vida más saludable, eliminar el exceso tegumentario, constituido por los cuatro tejidos básicos.
La piel es el órgano más extenso del organismo, posee diversas funciones y tiene varias características como por ejemplo la elasticidad. En casos de aumento brusco de volumen corporal la piel no logra distenderse a la misma velocidad y se rompe, generando estrías. En casos de aumento sostenido del volumen pierde la elasticidad y ya no es capaz de retraerse porque sus fibras superaron su capacidad de retracción.
Los pacientes que deben cargar a diario con sus colgajos, sufren, no solo por no poseer el contorno corporal que desean, sino también por los trastornos médicos asociados como micosis, dermatitis, úlceras, entre otras.
Al escuchar el relato de una persona que necesita cirugía postbariatrica, se dimensiona el trastorno que implica no poder usar remeras manga corta, tener que usar rellenos en los corpiños ajustados para poder sostener las mamas, fajarse fuertemente el abdomen para sostener el colgajo, o vendarse los muslos o incluso usar dos calzas, sin olvidar las dificultades para mantener relaciones sexuales. Paradójicamente, este esfuerzo extra que deben hacer los lleva a moverse menos y perpetuar el sobrepeso.
Las intervenciones estéticas de la cirugía postbariátrica
Para estos pacientes, existe la cirugía plástica postbariátrica, que engloba diversas técnicas y procedimientos enfocados en eliminar el exceso de piel, en muchos casos reparar la pared muscular, y que en la Argentina, es un derecho para todos estos pacientes.
Como toda cirugía, tiene sus propios riesgos, sumados a los intrínsecos del paciente por su alteración del estado de salud pasado y presente, que si bien va mejorando día a día, en general al momento de la cirugía aún no alcanzó el equilibrio interno deseado. Así mismo todas dejan grandes cicatrices, la mayoría se disimula en pliegues o con la ropa interior, pero allí subyacen, y los pacientes deben estar informados y aceptarlas, si bien al año se pueden realizar refinamientos de las mismas con anestesia local.
Se pueden efectuar procedimientos en abdomen (Abdominoplastía), en dorso bajo, lo cual mejora glúteos y muslos, o alto, lo que mejora la espalda (bodylift inferior o superior), en muslos internos (cruroplastía), en mamas (mastopexia con o sin implantes), brazos (braquioplastía) o incluso cara y cuello (lifting cervicofacial).
Las cirugías deben ejecutarse en Centros de Alta Complejidad por equipos de trabajo entrenados, y siguiendo un plan de acción coordinado para lograr los objetivos que el paciente desea.
El posoperatorio quirúrgico de contorno corporal
La internación es de alrededor de 48 horas, el paciente debe utilizar drenajes por siete días y los puntos se retiran alrededor de las dos semanas. Se recomienda la deambulación precoz en el sanatorio y en el hogar para favorecer la circulación sanguínea, y evitar el tromboembolismo que es el peligro más temido.
En general, lo más solicitado es mejorar el abdomen, consiguiendo también cambios positivos en el pubis y el muslo anterior en el mismo procedimiento. En orden de frecuencia, siguen los muslos internos. La combinación de ambos permite que el paciente se desplace mejor y se sienta más cómodo.
A pesar de las cicatrices resultantes, el paciente se siente sumamente agradecido por lograr un mejor contorno corporal, por verse y sentirse mejor, y por eliminar el estigma de ese exceso de piel que le recordaba el cuerpo que poseía antes de la perdida de peso.
Fuente: TN